lunes, 2 de mayo de 2016

EL LENGUAJE DE LOS TULIPANES


POEMAS AL MARGEN

                 13

Nací en su latido
cuando el mar aún era posible,
soledad mía toda ella
que en ángulos oscuros
suspende luces adolescentes
desde un mentón lleno de tulipanes ligeros
que como el frío buscan la tristeza.
Vuelto de sueños hacia el niño
contemplo las cenizas de tanta vida,
ese medir los dos muslos con la frente
cuando quietud o gozo
toman forma del mismo océano que la luna ignora.
Todo huele todo a tulipanes ligeros,
adiós que ya el pie presiente
tan cierto como el ruido de palomas sonámbulas
que desprende un pecho agotado.
Y héme aquí
sin más estatuas
que la sombra de una flor
obsesionada con el mar.
Qué universo de voz  aquella que en sus adentros
conoce el lenguaje de los tulipanes.

Abrid los versos por las ventanas
y si asoman nombres apagad la luz, 
y tú, soledad mía toda ella,
escúchame
mientras aguardo cruzado de abrazos
ese instante de la desnudez
donde un labio jamás es amenaza.

Nota: Amo porque callo, y en esos aires seré viento.



                          PINTURA: AMANTES EN ROJO DE NICOLETTA TOMAS CARAVIA

En mi voz


lunes, 18 de abril de 2016

PALABRAS


POEMAS AL MARGEN

                  12



Hay palabras que tienen un silencio,
en el borde –Idomeni–
polvo como un odio finísimo
que se aposenta en la lengua ingenua –Coltán–
y deja sin saliva cualquier pensamiento.
Puedes negarte a pronunciarlas –Hambre–
ignorar el estallido la náusea el exterminio 
-Camboya–  el vientre palpitante
los huesos como telas de araña
esparcidos por la tierra que nunca fue tierra –Yemen–
y después levantar un cadalso con los sueños
convertir cada rosa en un cuchillo –Siria–
para desgarrar la nieve
hasta dejarla en pequeños coágulos –Refugiado– 
Quizá saciar a la muerte desde la lluvia
–Hiroshima–  cubrió de soles negros todo horizonte.

Hay palabras que tienen un silencio,
en el borde,
y un dolor, dentro.


Nota: En un principio fue el hombre…
          hay principios malditos, desde el principio.

                                                                 
                                                                  LIENZO: YOEL DÍAZ GÁLVEZ

EN MI VOZ


martes, 12 de abril de 2016

LA LOCURA Y EL ERIZO


POEMAS AL MARGEN

                 11

Estoy tan agotado que me visto de blanco,
que no distingo la cordura de un suicida
del silencio de un fósforo mojado.
¿Los erizos sueñan?
Mi rostro es un acantilado
donde los nombres caen, caen
amputando sentimientos a la altura de las rodillas,
yo les pago con frío, con la morbidez de la carne
que no aguarda respuesta porque ya es playa,
desmiento mi locura con pequeñas flores
que crecen en los senos cuando poso la boca.
¿Los erizos reconocerán tu aroma a jacaranda?
Ya no me lloro ni soy amante a medianoche,
estoy tan lejos que soy viejo
y no me asusta la mirada desde un monóculo,
si tocas mi pecho suena a labios dulces
-pues mi origen fue un sueño-
al calor que un cuerpo retiene  
que jamás será melodía -a veces recuerda a una sonrisa-
Demasiado vidrio en los ojos de un loco.
Te entregué mis manos, tenían tanto mar.

Nota: Amé, después fui erizo.



                                                            FOTOGRAFÍA: Don McCullin
En mi voz

miércoles, 6 de abril de 2016

El amor siempre vuelve al lugar del crimen


POEMAS AL MARGEN
                
                   10


Sigo buscándome en tu fotografía,
un sutil acto de vasallaje
si nuestra historia fuera de 21 gramos.
Amar roza el apocalipsis
pero tú acudías con la ternura del infierno,
sin abdicar del nombre
para nacionalizarte en mi cuerpo con el dolor de las ballenas.
Hablar solo es no temer al kilómetro cero.
Me mordías la sonrisa
como si a tus labios les faltase un río
o una primavera en París,
después me prestabas cariño
cuando nunca he sabido pagar intereses
ni madurar cerezas
ni con qué carmín manchabas mis paredes.
Sería un canalla si no te amara,
a pesar de que huyeras desnuda del calendario
dejándome entre días de piernas cruzadas.
Te espero sabiendo que no vendrás, por eso nunca voy,
y aunque el amor siempre vuelve al lugar del crimen
el orgullo no sabe leer.

Nota: Del mar, elijo tu cintura.

POEMA RECITADO



lunes, 4 de abril de 2016

LA MUJER QUE TUVO UN CABALLO


 POEMAS AL MARGEN



La mujer que tuvo un caballo sonríe,
inclinada hacia el beso echa a andar
y el mundo se inaugura en sus ojos.
Es cierta en soledad
en marcar el tiempo con su pie
sabedora de que un latido es vida
goce en el costado que envuelve sin límites.
Tendida invade melancolías
que ninguna música imaginara, ninguna
salvo la voz que canta porque siente.
Tiene un piano la mujer que tuvo un caballo,
un piano que no suena,
que escucha lo desnudo lo liso
la claridad de un rostro que se acerca.

Misteriosa como la memoria clandestina
es locura o aguacero,
montaña o regazo sobre el que un pájaro de papel
sueña alas del tamaño de la tierra
para volar a ese punto u ombligo
donde los labios van a encontrarse.
La mujer que tuvo un caballo, porque ama sonríe.
 
Nota: Todo brillo requiere un rostro abierto en abanico.

POEMA RECITADO

Nota: Todo brillo requiere un rostro abierto en abanico.

martes, 29 de marzo de 2016

IDOMENI


POEMAS AL MARGEN

                 
                        8



Desde la insolencia del niño que aguarda
grita un dolor mío o de nadie,
más profundo que ese falso invierno
donde la desolación finge paisajes.
El niño sueña brisas en mi sombra
y esconde el pudor de un lamento insostenible
entre palabras que olvidaron acercarse al oído.
Después llora,
llora y su llanto carece de futuro
de pies para exigir estatuas
del temblor de una lengua intuyendo comida.
Ni la muerte habla de su muerte.
¿Qué haremos cuando en los mares quietos
se suiciden los peces?
El niño araña mi sombra como si yo tuviera alma
o un pasado crujiendo en la frente.
Acumula fe en una uña tan pequeña
que ignora la sangre, 
que ignora ese pedazo suyo que aún respira, 
roto, sin rincones.
¿Si su dolor es espejo quiénes somos nosotros?

Nota: Todo es invierno en Idomeni.

POEMA RECITADO
https://drive.google.com/file/d/0B-6WBLnyrVpiVVBwUnZoVnVXSWc/view?usp=docslist_api
          

lunes, 21 de marzo de 2016

CIEGOS DEL HAMBRE

POEMAS AL MARGEN
                  
                   7


Solo invierno en sus ojos
a oscuras del cielo que niega.
Somos ciegos, ciegos del hambre
del estruendo de los huesos,
ciegos del dolor del aire.
Duele pensar que su luz es barro
y el barro piel, piel sucia
extenuada, costra ignorada por el aliento
que fue alivio y es tortura
desgarro, desgarro suspendido
ahogado en la voz herida.
Vuestra miseria no interesa a los ciegos del hambre,
ofende esa mirada que pronuncia,
ese lamento que puebla de ecos
las cunetas que no admitís como sepultura.
No hay sitio
ni gesto que cobije.
Un estallido intenso, dilatado, desnudo
que se expande sin límites
hacia un sol -tan escaso de calor-
que hiere.
¿Qué fue de la eternidad?

Duermo despierto, sin eje,
escorado por amaneceres ya muertos,
por los dientes inútiles de una niña
que muerde vientos para creer
que el pánico no es horizonte
sino instante, momento, grito.
El mundo es alarido que agoniza,
vuelves un rostro largo en horrores
y nosotros te fusilamos con silencio,
silencio que seca la carne
que apaga la vida y nos delata.
Cuántos verdugos para el hombre.


Nota: Cerrad las ventanas, ciegos del hambre,
           los refugiados nos acusan por las rendijas.

lunes, 14 de marzo de 2016

Mi gato y Ulises


POEMAS AL MARGEN
                
                     6

Amar es una posibilidad  –pienso–
si dejo que los abismos no cuenten
el sacrificio de abandonar tu cuello.
Te busco y surgen naves sin mar.
¿Ulises quería volver a Ítaca o a Penélope?
Mi gato se llama Ulises, es igual de egoísta,
va y viene como tu sonrisa o mi locura.
Los días se suceden torcidos
llenando de memoria el precio de la lluvia,
la intensidad de un aliento que fue lenguaje
y hoy teje ausencias.
Recuerdo un camino de cerezos
cuando mis manos no picaban hielo de las sombras
y nadie sabía que el agua era tu cuerpo.
Dormíamos sin pasado en la nuca
-de pie no hay sentimientos-
y el miedo y la pasión compartían callejones a medianoche.
Ulises cruzó el estrecho de Escila
no sé si con miedo o con pasión, ¿Homero vio su mirada?

Llueve, despacio.
En tu mirada siempre magnolias.

Nota: Penélope nunca debió esperar tanto.


            Fotografía: Alexei Bourikin



miércoles, 2 de marzo de 2016

UNA MUJER


Una mujer ocupa silencios,
silencios que la vida calla
con los cantos impares 
de un jilguero que desconoce el vértigo.
Tiene hambre en el pecho esa mujer,
desdicha o hambre
por la piel que no supo desvestir una promesa.

Son suyas las horas que entiende mi noche
y los océanos rotos como sílabas
por gritar que una rosa fue el principio del mundo.


Yo la amo –siempre–  
ajeno al azar de hojas sueltas,
en la oscuridad de un corazón sin tiempo.

lunes, 8 de febrero de 2016

5 - Poemas al Margen

                  
                 5

La ternura se aleja
en esos oscuros
que la noche sabe,
el sueño es un lamento
un labio que no cierra.
Me apunto con un dedo a la sien
-tirar piedras contra los recuerdos carece de sutileza-
un arma corta para decirte adiós
y liberarme de quien crees que soy.
Las máscaras caen,
airadas
desatando al demonio
o al héroe que jamás fui en ti.
Con la nuca lastimada
deposito un silencio tan viejo
que la memoria mendiga sílabas.

En ésta soledad insostenible
aquello que me habita  
posee un eco,
y aunque se pronuncie con tu nombre
no me basta.

NOTA: La memoria es un camino que no siempre se elige.



Pastel sobre papel encolado a tabla. BLANC I BLAU: GERMÁN ARACIL

lunes, 1 de febrero de 2016

4 - Poemas al margen

                  
                            4


El doctor me concedió un año de vida,
ella quería verme feliz, sin existir en mí,
yo sonreí –en ambos casos-
¿Los búfalos sonríen?
Un año es demasiado tiempo
para que una idea sea aurora,
podría escribir 365 poemas al margen
-al margen de arenas y versos-
ir al mar, no, no, sentirme mar
sin más lumbre que un cielo sin lumbre,
podría jugar a ser dios con mi perra
podría ser dios o un desahuciado arrojado del                                                                   [mundo
-son lo mismo, se alza el telón y sus pies crujen-
Necesito fumar,
el doctor dijo que me estaba matando
le enseñé su fotografía y me regaló un paquete,
es cruelmente hermosa
como una pluma que no necesita vientos
-siempre es más intenso morir en alguien-
y además quiere verme feliz.
Doy una calada con ojos de búfalo
de búfalo sin futuro ni lumbre.
Mi perra no quiere verme feliz,
quiere ser mi felicidad
o mi tristeza o mi boca imitando tormentas.
Tengo que comprarle un búfalo que la consuele
o quizá un collar.
El doctor ignora que morí hace años
la gente me saluda, sí,
y yo contesto por educación, no porque esté vivo.
¿Qué podría hacer siendo feliz sin existir en ella?
[                                                                             ]


Nota: Un año es demasiado tiempo
          incluso para ser feliz o un búfalo sin lumbre.


jueves, 28 de enero de 2016

3 - Poemas al margen


                      3


Hace frío, desde el sillón miro por la ventana,
hilos de niebla descienden por los árboles
somos parte de esos hilos –pienso-
densos hilos formando una madeja de piel.
Una pareja discute en la acera,
ella se detiene con las manos en el rostro
no está viviendo, sólo llora.
Las lágrimas también son hilos.
Abrázala –grito en el tono de un ahogado- abrázala.
Él se aparta un paso, no, dos, vuelve, no se decide
se encoge de hombros y piensa: luego.
¿Qué es luego? Luego no existe.
¿Alguien ha visto los hilos de luego?
La niebla peina su cabeza y solloza como una marioneta
lejos del espacio ocupado por un brazo que no la protege.
¡El amor es ahora, estúpido!
Coge una piedra y la tira contra mi ventana.
Soy el observador, todo ocurre porque yo lo observo.
Bajo la persiana cortando los hilos que nos unen,
desde el sillón miro las rendijas. Hace frío. El cristal no se ha roto.             
                                                                                             

Nota: Somos una idea del universo, ya llegará la primavera.


FOTOGRAFÍA: ROSIE HARDY

martes, 26 de enero de 2016

2 - Poemas al margen

                  
                          2




El tiempo se mide en recuerdos.
Una mujer me mira,
es un instante triste,
vuelco hacia ella un rostro
uno cualquiera,
noto temblor en su pecho
como si ocupara un lugar en su memoria
-elegir el pasado es sentir fiebre en los labios,
agonía en la voz que no llega al mar-
su mente resbala tachando adioses
hasta llegar a la caricia que nunca existió,
de repente sus ojos cantan como hortensias
cuánta soledad revela el pliegue de un párpado.
Escribo una frase y se la doy a leer:
los recuerdos son mentira.
Suelta un aliento tardío
que se pierde en la marea de peatones,
es difícil manejar el tiempo
cuando la tarde se apaga.

No hay luz en la huida,
sigo caminando.


Nota: si sólo eres un recuerdo, no te sientes a tomar café.

jueves, 21 de enero de 2016

POEMAS AL MARGEN

                            1

Necesito arrasar la palabra
con los dedos impares de una mano,
encadenarla al olor de una trenza oscura
mientras contemplo la escasa memoria de un                                                                   [gemido,
luego pensaré, dos puntos, qué sutil fue la noche.
La palabra es un error -un hueco tullido
que ansía rellenarse de voces-
alguien la prolonga más allá de la idea
y forma una mentira un deseo
Amar es invadir todos los límites.

Dadme silencios como ojos de ciervo
con sus heridas sin aire
-cualquier cicatriz aguarda sobrevivir en un labio-
y con mi rostro desposeído de estrategias
habitaré la mirada sin origen.
Yo, que nací pronunciando infinitos,
habré de perderme
en la inclinación de ese cuerpo
donde a veces se detiene la luz.

Terco astrolabio señalando estrellas
cuando ya los mundos carecen de nombres.

lunes, 18 de enero de 2016

Soy nadie


Si la piel no fuera frontera
yo viviría en ese instante
que condensa un labio,
en el equilibrio
-eterno al carecer de sombra-
que ignora la pesadumbre de mi desnudez.
Escucho un murmullo
no estoy solo y lo soy,
un músico altera horizontes
con melodías que nadie tararea,
me gustaría cantarlas pero soy nadie,
me gustaría por la piel del violín
que desconociendo los límites de su soledad
fuerza una sonrisa donde huyen los recuerdos.
Nadie lo agradece y sigo siendo nadie
 -me falta equilibrio en los labios-
el grito también es palabra, grito o sollozo,
todos me miran -menos el músico o el violín-
ninguno me siente -salvo el músico o el violín-
anochece como si existiera otra vida,
voy a ocultarme en tu sueño.  



CUADRO: OSWALDO GUAYASAMIN