lunes, 18 de mayo de 2015

En la piel de todos tus mares


Y allí
en la piel de todos tus mares
surgirá el caos.
Creerás que el poeta es azar
que nació de los ojos húmedos de las nubes
o de la voz intensa de la rosa,
pero mi nombre te viene de lejos
de cuando las estrellas aún se equivocaban.
Inmensa sentirás la vocación del deseo
acudiendo a estas manos que te disputan
con la alegría de quien fue silencio.

Y enferma de cielos
me darás a besar tu cuerpo
con el desorden de las cerezas,
existiremos en las ingles que se sueñan palomas,
en la rotundidad de unos labios que hallarán su querer
sobre ese ombligo donde la vida se detiene.
Qué dicha amar la quietud de nuestro desnudo
mientras la memoria es un pecho que ya no solloza.  

No tardes,
olvidaste la sonrisa en mi boca.