jueves, 29 de mayo de 2014

Memorias del viento


Voy a desahuciar al alba
por hacerse mañana sin ti,
creyó que la sonrisa de mi almohada
era olvido y no refugio,
refugio donde soy cuando en tu sueño nazco
lejos de la verdad que duele
pero no se toca,
que se alza como destino intolerable
despreciando el sabor de un beso
que pusiste en mis ojos de hombre que ignora.
Ahora soy niño y todo lo sé,
sé que mi sombra arrebata a las rosas
que el deseo es agua que se desboca en tu aliento
que una mano sola posee tantas caricias
como memorias del viento
en las alas de un pájaro que ama.
El amor que piensa no siente
y en esta vida estrecha por el pecho que duerme
negarás el sol que se desnuda en otros cielos
si no desahucias al alba
que se hizo mañana sin mí.



lunes, 26 de mayo de 2014

¿Dónde está el hombre?


Las miradas vigilan desde las azoteas
cegadas por la altura de su propio muro,
temen el aire
ese aire que levanta el párpado ajeno
ese dolor de la mano que se extiende
con las caricias deshechas.
No sirve evitar el roce
de sus lágrimas con limosnas,
no sirve cambiar los mares al norte
ni cortarles los labios para no oír sus gritos.
¿Dónde está el hombre?
¡Qué fácil confundir al otro con desgracia!
No dobléis el rostro para huir del espejo,
abandonad los túneles de vientos tristes
y crearemos dulces cuellos como violines,
crearemos una tierra sin fatigas
un cielo que no cierre al anochecer
y dos lunas sin mentiras
para que los besos no sean juegos de manos.
Yo sé que estáis ahí.
Hoy también os amo.




viernes, 23 de mayo de 2014

Tú eres mi silencio


En el vértice de la locura aguardo
para hacerme aire
con el giro de un labio
que desconoce sus bordes.
El cielo sólo es un reflejo
que habita en soledad,
no se halla en el azote de las nubes
ni en los rostros ya cansados
de mancharse con la ceniza de otros nombres,
sino en el viento alto del corazón que sueña
en aquél que no habla pero habló.
¿Soy yo quien nace o el mundo que muere?
El silencio es una palabra sin latido
que nunca crea horizontes,
crea bocas ocupadas en el beso que no acaba,
en ese cuerpo que alejado del recuerdo
tiembla y suplica por abrir sus alas
a la luz de una pasión que lo convierta en universo.
Y si en las manos del silencio somos esa caricia
donde el cielo deja de ser reflejo
abrázame sin palabras, tú eres mi silencio.


lunes, 19 de mayo de 2014

La tristeza de un hombro ciego


Nunca amanece en mi hombro derecho.
Es un acantilado oscuro como un adiós,
una pared hueca donde no existe la lluvia
donde mis dedos te persiguen
vaciando relojes de arena.
He rellenado con malas costumbres los bordes,
aquellas que mentías en mi boca
cuando la locura era un roce
y vivir una excusa para colgar la luna en tu pecho.
En la tristeza de este hombro ciego
las cenizas me llevan al mar,
a rodearlo de espuma
para que no busque tu rostro
en los patios ocultos del agua,
en el insomnio de mis labios
cuando se vuelven flores
al escuchar una voz
que les recuerda cómo te arrancabas el nombre
para desnudarlo en las celdas del deseo.

Nunca amanece en mi hombro derecho
pero si le hablo de ti, sonríe.






jueves, 15 de mayo de 2014

Amé


Yo amé.
Amé sus manos como si fueran nuevas.
Amé con el corazón sin filo
y el frío fue beso
y el beso madrugada
y arena mis labios
y los suyos aguas calladas.
Amé sobre el rostro que duermen los vientos
amé en los brazos de un cielo fugitivo,
al fondo tiritaban las flores
al fondo, aguardaba el olvido.

Yo amé,  
amé y creí que ya no amaba.

sábado, 10 de mayo de 2014

Noche


Hay tantas formas de pronunciar Noche
que prefiero gritar Espiga
o Crepúsculo,
tantas que prefiero recortar sus calles
con forma de corazón que regresa.  

La noche no es un río
pero duele,
duele en el pecho que desea
en el ojo que se desnuda para mirar y no ve.
Duele en la oscuridad que dejan las palabras
que comulgaban en tu cuello
cuando la carne era humilde
y los besos no resbalaban a pie cambiado.

La noche que olvidaste en mis manos
no se entretiene en sonrisas
ni en cuerpos que desconoce,
sólo sostiene una idea
un silencio cuyo latido soy,
y si soy en la brevedad de esa luz
que aguarda la sombra de tu boca
cómo no habría de amarte.



domingo, 4 de mayo de 2014

El seminario



.- Yo te quiero a ti, te he querido siempre. – El adverbio apenas se escuchó, el micrófono se le había resbalado de las manos ante el giro inesperado de las miradas con exceso de nicotina que llenaban el seminario para dejar de fumar en aquél conocido hotel. Incluso escuchó el crujido de algún cuello adicto a la escayola; ese sonido la acompañó al borde del desmayo.
¿Por qué se atrevió a pronunciar aquella frase? 
Cuando decidió acudir al seminario lo hizo con la clara intención de pasar desapercibida. Sólo deseaba verle otra vez después de tantos años, volver a ver aquellos ojos con universo propio, aquellos labios carnosos que aseguraban la felicidad de cualquier mujer.  Se había instalado en la última fila y al verle aparecer con su método en la mano y una ovación en el ego, sintió la punzada del destino clavándose en su pecho. ¡Estaba más guapo que nunca! Incluso la voz, esa voz en la que ella colgaba los te quiero para escucharlos en soledad, había ganado cuerpo con el tiempo.  
Imbuida en el pasado, las palabras revoloteaban sin que apreciara su relevancia. “Este método se consigue gracias a la efectiva combinación de Hipnosis, PNL, Psicoterapia y Coaching” “Mi objetivo es ayudaros a conseguir la vida que deseáis, necesitáis y os merecéis”. De repente, comenzaron a pasar el micrófono a los asistentes para que expresaran en voz alta su voluntad de dejar de fumar. “Yo quiero dejar de fumar” “Yo quiero dejar de fumar” “Yo quiero…” Cuando la azafata le entregó el micrófono, ella recorría antiguas caricias por las esquinas de su memoria.

.- Yo te quiero a ti, te he querido siempre. 

La azafata, con las cejas tocando techo, aprovechó el embarazoso silencio para recoger el micrófono del suelo. Él se acercó despacio, con el rostro pálido por la falta de sangre. Al llegar a la butaca se arrodilló para estar a su altura.
.- Yo te he estado buscando sin saberlo. – dijo en un murmullo que obligó a los fumadores a estirar tanto su maltrecho cuello que dudaron entre pagar el seminario o acudir al fisioterapeuta. Después, acarició su mejilla y la besó con aquellos labios carnosos que aseguraban la felicidad de cualquier mujer.

El brinco que pegó en el sofá de casa bien pudo proporcionarle una hernia discál de difícil operación y peor tratamiento. Sobre la mesita descansaba un periódico abierto por el anuncio de un seminario para dejar de fumar. Los ojos con universo propio la desafiaban desde la fotografía. Tuvo que respirar varias veces para calmar una excitación tan inesperada como emotiva; a la derecha su marido continuaba durmiendo la siesta.
En un acto reflejo, le cogió el paquete de tabaco y encendió el primer cigarrillo de su vida. Con tres caladas dejó el filtro entre espasmos y a los pulmones mandándola al psiquiatra por el humo tardío. Sin atender súplicas, encendió con nerviosismo el segundo, necesitaba una coartada para acudir al próximo seminario.



viernes, 2 de mayo de 2014

Al sur


Un día me dijeron: despierta,
escuchar sombras es un engaño
que empeña el respirar.
Y toqué mi frente.
Y supe.
Supe que si la vida fue ya no es,
que si apoyaba la cabeza en el pecho
sólo oía memorias,
y entonces alcé mi boca para ir al sur,
al sur de las nubes serenas
que aún no son cielo pero ya se presume,
donde la noche no es lenta de sueños
ni la soledad un lazo que imita a la luna.
Allí mi carne es dulce de labios
y el amanecer camina sobre rosas,
allí no fui ni seré pero soy amor que en ti siento,
soy el brazo extenso que crea
el pensamiento que ya vive
la voz que muda grita ¡Somos!

Ser es amar
y aguardándote en mi aliento, callo.