miércoles, 9 de abril de 2014

Una mujer


Conozco a una mujer
desnuda ante la palabra desnuda,
ante el grito
que es dolor y no ala que olvida.
En el sonido incierto de la memoria
añora la imagen que le alojó
esa mirada turbia por los sentires.
¿Quién no vio caer la sombra de una sonrisa?
Se defiende del silencio
creando ríos que fingen voces,
suaves voces como una mejilla abierta al deseo
que extiende su cuerpo de nieve sin pisar
¿Quién no mordió hielo para escarchar sus lágrimas?
Si encontrara un trueno cerca del mar
batiría sus alas hasta ser ajena al sollozo,
hasta ser la carne tierna donde habitan las caricias,
pero quedan pocos mares que empañen el acero.
Y en ese amar al viento es bella,
es bella en su dormir sobre un beso
que aguarda el reflejo de otro respirar,
tan bella que aún no lo sabe.


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