lunes, 30 de septiembre de 2013

Los árboles tienen las manos tristes



 Los árboles sollozan
en los ángulos de la tarde,
sus latidos resuenan
por las sienes azules del horizonte,
allí, en la lejanía incierta.

Los árboles sollozan,
tienen manos tristes
tristes y desmayadas
sobre la yema de los versos,
recitando con voz perenne  
la  belleza de los bosques de lunas
que exaltan las promesas del viento.
Bosques de lunas
luz que rompe en caricias,
donde el musgo no duerme,
donde las hojas de otoño  
conducen a los amantes fugitivos
para que cicatrice la herida de su destino.

Los árboles sollozan
y no es fácil escuchar su lamento,
a veces se confunde con un rumor de estrellas
quitándose los guantes para deslumbrar al sol,
y siempre con los arañazos de mis labios
en las huellas de tu boca huida.
Los árboles sollozan.
Yo te escribo.
  



viernes, 27 de septiembre de 2013

Vídeo - Déjame que te escriba en alas de mariposa - Realizado por GEA



La vida te sorprende cuando miras para otro lado. A mí, ha tenido a bien concederme la amistad de Gea, que me sorprende siempre realizando vídeos con mis poemas. Un día más, enciendo el ordenador y me encuentro con todo su talento. Gracias, Gea, por emocionarme, gracias por estar ahí, gracias por compartir tu arte conmigo. Os dejo con su última creación.


jueves, 26 de septiembre de 2013

No existes en ti


No existes en ti.
No existes en la puntualidad de la memoria,
ni en los pensamientos que ocultas
sobre el ángulo ciego de los hombros.
No existes en el golpe de sangre
que otorga alas a las manos,
ni en el rumor de esa tarde
que rehúye ser tarde por ser pronto y eterna.
No existes en el calendario de hormigas
donde tachas noches y días
para ignorar que hay otras vidas
sin el vuelo corto de la nostalgia.

Existes en mí, y yo en él,
y nosotros es un singular equivocado.
En el llanto existes en mi lluvia
en el dolor yo me alargo en sus brazos,
muriendo, aquél vive por tu risa
y viviendo, ella muere en mis labios.
Mil veces hemos nacido
y mil veces hemos olvidado
que caminamos dormidos
y nos llamamos extraños.
¡Despierta!
Hay bocas más allá del miedo
que aman cuando se separan los cuerpos,
relojes que después de la hora once
darán entrada a universos perdidos,  
miradas que sin buscar encuentran
y peces abstemios bebiendo suspiros.
Hay palabras que te devuelven el alma
y alma si cruzas el río.
¡Despierta!
Que no te engañe su cárcel,
esos mundos los llevas contigo.




jueves, 19 de septiembre de 2013

Sueños


La noche sólo es un sollozo
que se viste de sueño
y se desnuda en tus labios.
En su cintura aguardo soñarte,
en su cintura te sueño aguardando
nacer en tus párpados cerrados,
en su cintura
la luz construye tu rostro
con la pálida memoria.

Es tan sencillo amar las líneas de tus manos,
acurrucarse en las sílabas de tu nombre
y ocultar besos en las tibias arenas
que limitan al norte de tus muslos.
Es tan sencillo amar el agua en tu pecho,
ser tormenta al contacto de tu lengua
y saltar al vacío que tu piel murmura.
Es tan sencillo amarte
que me duele respirar
en el alivio del olvido.

La noche sólo es un sollozo
que te viste con mis sueños.




miércoles, 18 de septiembre de 2013

martes, 17 de septiembre de 2013

FRÁGIL

La noche había entrado con el cartel de fin colgando del filo inferior de la luna creciente; las estrellas estaban de vacaciones, tampoco las necesitaba, nunca se sintió a gusto actuando con público. De fondo se escuchaba la sonata para cello número 1 de Myaskovsky. El llanto del cello le apasionaba, casi tanto como el suyo. Se tendió en la cama con los ojos fijos en una lámpara que no mostraba un deseo desmedido por aportarle conversación, hacía tiempo que no la encendía, hacía tiempo que sus labios sólo trabajaban para unos buenos días o para un hola desmayado al paso de alguna vecina, hacía tiempo de tantas cosas que no se lo pensó más. Abrió el tubo de somníferos y dejó caer con suavidad unas treinta pastillas en la palma de su mano. El cello lanzó un alarido angustioso. Era el momento perfecto. Se echó las pastillas a la boca con energía pero en la preparación de la escena se le había olvidado el vaso de agua en la encimera de la cocina. Nunca había tragado bien los medicamentos sin su ayuda, ni los medicamentos ni las relaciones personales con su entorno. Haciendo esfuerzos para mantenerlas en la boca llegó hasta la cocina y cogió el vaso. Justo cuando se lo llevaba a los labios sonó el teléfono. En el movimiento de frenar, un par de pastillas saltaron al suelo iniciando una breve carrera. Ni pensaba ni podía contestar con la boca llena y esperó a que se conectara el contestador. Si le dejaba un mensaje sería la última voz que escuchara antes de acabar con la inutilidad dolorosa que le aportaban sus días.

.- Te quiero. Perdóname.

La mandíbula se le desencajó hasta las rodillas, salió corriendo hacia el teléfono escupiendo como podía las pastillas.

.- ¿Sí? ¿Oiga?
.- María, ¿Eres tú?
.- No, se ha confundido.
.- Lo siento.
.- Disculpe – dijo escupiendo la última pastilla sobre la alfombra - ¿Le importaría repetir lo que ha dicho antes?
.- Te quiero. Perdóname.

Hacía tanto tiempo que no escuchaba un te quiero que se echó a reír.

.- Gracias – musitó al colgar.

El cello lanzó un suspiro final conmovedor. Ella lo acompañó, como siempre.


   


domingo, 15 de septiembre de 2013

jueves, 12 de septiembre de 2013

Somos


Somos memoria de la piel.
Latidos en una pluma
desprendida del silencio.
El rostro del lado oculto de una cara.
Somos la torpeza de un beso
que se enreda en la cintura
siempre oscura  del deseo.
Somos tú y yo.
La frente aún dormida
de la paloma equivocada,
los brazos que se alargan
para proponer sueños
a los sollozos del agua,
el diente afilado de un lamento
y las palabras de tu mirada.
Somos selva en un destello
la decadencia de una lágrima.
Somos verso en tu trinchera.

Tú y yo.
Somos.


lunes, 9 de septiembre de 2013

Ese dolor


Poema incluido en el libro

"En la voz de tus brazos habito"

Puedes pedirlo en tu librería o si prefieres

el formato Ebook en: 

http://www.casadellibro.com/ebook-en-la-voz-de-tus-brazos-habito-ebook/9788494223914/2254468

Gracias por tu apoyo.


sábado, 7 de septiembre de 2013

Y si fuéramos


Y si fuéramos
eternidad en el caos del viento,
si fuéramos
una letra en la rosa que suspira
la hoguera donde se quema un adiós
la certeza de que la certeza es mentira.

Si fuéramos
el espejo donde las alondras perfeccionan su vuelo
el filo inocente de un pecho sin lengua
los pulsos que laten en una amapola
cuando le quiebran el cuello las sombras.

Si fuéramos
un instante, un reflejo
y por qué no un paisaje
o un cabello
el esqueleto de una palabra
el origen de un beso,
un párpado de la luna
la voz que tiembla con un te quiero.

Y si fuéramos herida en lo imposible,
si fuéramos nosotros.


jueves, 5 de septiembre de 2013

Qué no daría


Qué no daría
por alcanzar el vuelo de esos ojos
que sin mirar, miran los míos.
Qué no daría
por ser la luz de tu desnudo
y besar el muro ciego
con la pluma de un gemido.
Por ser sonrisa en tu sonrisa
cuando el musgo se contrae
y dibuja mapas de tesoros
en los codos dormidos de las nubes.
Qué no daría
por volver a conocerte,
por conocerte como si no te conociera
como esa tormenta
que desde siglos nos sorprende
con sus pezones de agua caprichosos
y desde siglos la creemos nueva.

Qué no daría
por ser mano en tu camino
y no aguardarte al final del verso.


martes, 3 de septiembre de 2013

Cuenta

Hay quien llega antes
el primero
quien necesita
dos cafés
quien vive
en un tercero
sin ascensor
quien no sale
de su cuarto
quien acaba
en el quinto infierno
quien luce estrellas
de seis puntas
quien se planta
con siete
hace bien
quien emboca
el ocho
tan redondo
quien reza
novenas
y observa
los diez mandamientos
quien no se cansa
de once
y una pelota
quien desperdicia el año
cada doce meses
quien desafía
al trece
y gana
quien se  olvida
del catorce
en febrero
y lo paga
quien no es bonita
ni con quince
quien no se pierde
a los dieciséis
quien dobla el lomo
diecisiete horas
quien es irresponsable
a los dieciocho
y a los diecitodos
quien no sabe que es primo
el diecinueve
ni falta que le hace
quien no se gusta
¡a los veinte!
quien se juega la casa
a las veintiuna
quien se divorcia
de veintidós puñaladas
quien nace
un veintitrés
como mi padre
quien ha visto Ben-Hur
veinticuatro veces
quien carece de árbol
y regalos
el veinticinco
quien no llega
a los cincuenta
quien pasa
de los cien
quien ha leído
las mil y una noches
quien cruza
dos milenios
nosotros
quien  sabe de
los cien mil hijos
de San Luis
quien atesora
un millón
de esto
de aquello
y quien se siente
perdido
como tú
yo
todos
distintos e iguales
granos de arena
uno a uno
playa o desierto
juntos
inquilinos forzosos
de un diminuto
punto azul
que flota
en lo infinito
sin razón
aparente 
un parpadeo
incontable. 


                      AUTOR: JOSÉ AGUSTÍN LÓPEZ SELFA

domingo, 1 de septiembre de 2013

¿Me escuchas?


Traficar con palabras debería castigarse
con amarte hasta en el infierno,
a pesar del infierno que ya supone amarte,
o con sobrevivir en este mundo
de paredes impermeables
que se pegan a los sentimientos
como alquitrán.
Alquitrán licuado esparciendo por los huesos
tres manos de insensibilidad
para no llorar en la frontera de cemento
que crea callo contra el dolor ajeno…
me parece que me he perdido.
Comienzo.
Traficar con palabras debería castigarse
con amarte hasta en el infierno,
a pesar del infierno que ya supone amarte,
juegas a plantar arrugas en la mañana
que en tu ausencia cae espesa
sobre los hombros de las nubes…
¿¡Me escuchas!?
Siento que nadie me escucha
que mi voz triturada
llueve como granos de polen,
afónicos,
la gente
aparta mis silabas de un manotazo
y no impiden
que el mundo salga de viaje
hacia el destino
que proponen los amos.
¿Qué estoy diciendo?
¡Me vuelves loco!
Comienzo.
Traficar con palabras debería castigarse
con amarte hasta en el infierno,
a pesar del infierno que ya supone amarte,
me agota arañar tu foto
para despreciarte
sin que sepas que te desprecio,
me agota buscar tu boca
entre las alas de los pájaros
porque sólo en ella respiro,
sólo en ella vuelo por los pasillos
que aún no han comprado
esa tribu de iluminados
que pretenden asustarnos
con la telaraña de su dinero,
ignorando que somos más
que somos todos
que de un plumazo
quebraremos sus cráneos de oro
y el aire volverá…
 a…
¡Espera! ¡Espera!

¿Qué me está ocurriendo?
¿Comienzo?
Traficar con palabras…
¿Ya tienes cobertura?
Sólo quería decirte...
no tardes
te quiero.